
Ambientada en el año 1799, Johnny Deep interpreta a un detective que viene de Nueva York y es enviado a un pequeño pueblo llamado Sleepy Hollow para investigar una serie de asesinatos que se han cometido por un supuesto jinete del infierno proveniente del infierno. Este jinete mata a sus víctimas cortándoles la cabeza y portándolas en un saco. El temeroso Ichabod Crane (Deep) en un detective que no cree en ningún asunto paranormal, brujerías, fantasmas y mucho menos en este jinete, sino que él busca un asesino de carne y hueso. Solo se basa en lo que él llama “causa y consecuencia”, hechos que tengan una explicación científica. Sin embargo, durante su estancia en este pequeño pueblo, descubre que el jinete sin cabeza en realidad existe hasta el punto que llega a enfrentarse con él en varias ocasiones.
Finalmente, es Lady Van Tassel la que le revela el origen del jinete. Este era un retorcido mercenario alemán que se dedicaba a cortar las cabezas de sus víctimas durante la guerra, además de haberse afilado los dientes. Este mercenario fue asesinado por soldados que le buscaban por sus atrocidades y para darle castigo hicieron con él lo mismo que hacía a sus víctimas, cortarle la cabeza con su propia espada.
Ichabod descubre que la misma Lady Van Tassel es la que controla al fantasma del jinete porque los asesinatos no son llevados a cabo al azar, sino que ella utilizando la brujería, elige a su víctima y el jinete se encarga de realizar su trabajo. El detective en todo este largo camino, conoce a la hermosa Katrina Van Tassel.
La película es realmente buena, con una notable fotografía y ambientación de estilo gótico macabro muy característico de Tim Burton. Al igual que las muertes y situaciones con toques de humor negro imprescindibles en sus películas. Hace una breve aparición Christopher Lee encarnando al jinete, aunque la película a veces se pierde en la escenografía pero el desenlace y la caracterización del descabezado es realmente buena. Este al final recupera su cabeza que estaba en manos de Lady Van Tassel.
Puede ser considerada una de las más oscuras y sangrientas películas de Tim Burton. Cada escena en la que llega la hora de hacer “rodar cabezas” es diferente, ya que cada una tiene un elemento que hace particular cada ataque del jinete. Ichabod tiene unos temores y unos traumas que entre sueños va recordando escenas en las que su madre es asesinada a manos de su padre. La puesta en escena es muy sangrienta sin que haya una violencia extrema, el jinete va a lo suyo y no le da más vueltas al asunto. No está mal teniendo en cuenta que es una adaptación literaria. Destaca la colaboración como productor de Francis Ford Coppola.
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